Chile vive una paradoja: los delitos graves no siempre aumentan, pero el miedo sí. La columna del OCS argumenta que la seguridad no se soluciona solo con más control, sino reconstruyendo el vínculo social: confianza entre personas, cooperación y pertenencia en los barrios, junto con instituciones legítimas y eficaces que traten con justicia y cercanía. Seguridad objetiva y subjetiva van de la mano; sin cohesión, el temor se instala aunque las cifras mejoren.
En Tercera Dosis, Juan Carlos Castillo y René Canales (OCS-COES) desarrollan esta “paradoja chilena” —menos delitos graves que el promedio regional, pero más temor— y proponen una hoja de ruta: fortalecer la confianza interpersonal, la cooperación comunitaria y la legitimidad institucional para alinear las políticas de seguridad con las de cohesión social.
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